El Dióxido de Cloro es un gas mucho más soluble en agua que el hipoclorito sódico, obtenido a partir de la reacción entre clorito de sodio y ácido clorhídrico. Es un biocida oxidante más selectivo que el ozono y el cloro gas, ya que reaccionan con reaccionan con compuestos con sulfuro reducido y con aminas secundarias y terciarias, de modo que actúan sobre la pared de celular de bacterias y virus interrumpiendo el paso de nutrientes a su interior.
Debido a éstas características, necesita mucho menos tiempo para su reactividad y menos concentración para su acción biocida, eliminando eficazmente el biofilm y bacterias libres también en zonas estancadas en el agua. Su efecto residual se prolonga durante varios días, con alta estabilidad frente a grandes variaciones de pH y no crea olores ni sabores en el agua.
Su alto rendimient y eficacia hacen un biocida muy rentable frente a otros componentes utilizados en prevención de Legionella en circuitos de agua potable, sobre todo en Agua Caliente Sanitaria (ACS) y en instalaciones de alto riesgo como hospitales y hoteles.